martes, 24 de diciembre de 2013

¿Y ahora qué?


Inquietudes miles, pensamientos, me llevan rondando la mente durante las últimas semanas. Después de una etapa buena, mala o regular, vienen otras, mejores, peores o iguales, pero vienen. Seguro que todos nos hemos planteado esta pregunta alguna vez por infinitas circunstancias.
La pérdida de algún ser querido, echar de menos casi de manera compulsiva, problemas y quebraderos de cabeza por culpa del trabajo, del no-trabajo, de lo que sea... malos rollos, con o sin razón, con algún buen amigo o con alguien que se cruza en tu camino y que gracias al destino, unas veces se queda y otras se va para dar paso a otros mejores que aún están por llegar.  
¿Merece la pena hacer la típica reflexión a final de año en, justamente, esta época de felicidad para unos o llena hipocresía para otros? Pretende ser un simple desahogo, una nueva entrada en un blog humilde, que quizás esté destinada a ser borrada en unas cuantas semanas o tras ser releída dentro de unos minutos. Pero ahí está. Aquí está. Aquí estamos. Sin saber lo que nos depara el futuro, pero con los brazos y los ojos bien abiertos al mundo que tenemos a nuestro alrededor y que vamos descubriendo cada día. 

Ahora te toca a ti. Pide un deseo. El que quieras. Aquello con lo que siempre has soñado. Ese deseo de última hora. Deja de pensar en lo que deseas y arriésgate, no tienes nada que perder...

Feliz Navidad.

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